Mis obras dentro de la muestra son parte de una serie de trabajos que vengo realizando desde 2013 a los que agrupo bajo el título de Ensayos para la construcción de un mito. A través de realizaciones en distintas disciplinas (pinturas, esculturas, objetos, acciones en el paisaje) abordo la pretenciosa tarea de fundar un mito de origen. Un tiempo en el que este paisaje costero era joven y en la plenitud de sus posibilidades.
Para esto utilizo todos los recursos pictóricos a mi alcance, aún los más espurios de la pintura académica, hasta arribar a una imagen fantástica. Sin pudor de caer en las cursilerías de la pintura Romántica decimonónica o en el más trillado cine de ciencia ficción. Con las esculturas y los objetos voy decididamente hacia el fraude, aunque dejando siempre en evidencia la precariedad del intento. Estas piezas son concebidas para engañar al espectador acerca de la existencia real de aquel pasado repleto de seres maravillosos.
Si tendrías que resaltar un elemento importante que obtuviste con tu participación en la beca ¿cuál destacarías?
Como no soy residente de Mar del Plata, me permitió descubrir a un grupo de artistas muy activos con propuestas muy interesantes y complejas. El intercambio que se produjo me parece muy fértil, por lo que supongo que seguirá teniendo consecuencias en la obra de todos los que participamos.
Juarroz decía que en el centro de la fiesta está el vacío ¿Cuál debe ser para vos el centro de las preocupaciones de un artista contemporáneo en la actualidad?
No creo que exista un centro para el arte contemporáneo. En todo caso, sería el arte un centro al que se remiten muchísimas prácticas contemporáneas que difícilmente podrían haberse considerado artísticas en otro momento histórico. En tal sentido, cada artista encuentra su manera particular de vincularse con ese centro, con esa larga y enrevesada construcción que es el arte.