Mundo Dios desembarca nuevamente en Buenos Aires para celebrar seis años potenciando artistas desde Mar del Plata a través de su beca que cuenta con el patrocinio del Fondo Nacional de las Artes. En este caso la muestra que presentan es un resumen de la producción de los distintos becarios que participaron en las dos ediciones que hasta el momento lleva el programa. Invocando la protección del Virgen, el santo patrono de los artistas, Mundos Dios inunda de rosa el Centro Cultural Rojas de Buenos Aires con Las Manos en el Fuego.
Cuando se ingresa al Rojas y se contempla el conjunto de las obras, la primera sensación que se percibe es una especie de mística, una marca de identidad que consigue activar un patrón común en las distintas expresiones y métodos de los 24 artistas que están presentes en la exposición. El aura rosa que envuelve la sala genera un clima especial, fue un complemento acertado para acompañar la exhibición, porque parece cubrir todas las obras con un halo extrasensorial. Algunos trabajos presentes en Las Manos en el Fuego son objetos que activan el deseo, otros se presentan como imágenes poéticas que interrumpen furiosos en la sala, también existen destellos expresivos de una vitalidad arrolladora, como si estuvieran invocando una bacanal desmesurado de placer visual. La diversidad de formas, materiales y texturas pasean orgullosos por diferentes sectores, encontramos en todo el recorrido una auténtica plataforma de búsquedas estéticas que dialogan entre si.
Solo por destacar algunas asociaciones interesantes menciono la obra de Ignacio Mendía en donde sus construcciones con pequeños ladrillos de enorme poesía visual se nutren de la belleza cosmológica y salvaje de las figuras de Agustín Huarte, por otro lado la instalación de Facundo Miranda en donde las tramas, el aroma de la madera, los tamaños de los materiales encuentra compañía con Nahuel Agüero quien con una maestría de joyero crea una pieza con múltiples detalles donde la suspensión, las tensiones y los equilibrios juegan un papel destacado.
La exploración de Florencia Reisz de repensar los espacios como dimensiones que parecen cruzarse en un mismo lugar nos lleva a las pinturas de Federico Domínguez Zacur donde el espacio es abordado desde el soporte y desde los trazos gestuales pictóricos que hacen un buen contrapunto con la figura de Melisa Casella que juegan con la idea de sólido y vacío. Seguimos el camino para trasladarnos al panel colgante de Rocío Englender compuesto por un fondo negro con dos óvalos blancos delineados en dorado con un carácter de ornamentación simbólica. No sería extraño pasar por la obra de Eugenio Montoya para también encontrar una esencia espiritual en su obra conceptual.
Santiago Ruau con sus manchas de colores vibrantes, sus círculos cromáticos se une al festival de colores que encierran los trabajos de Pedro Argel y Franco Cajal. Los objetos de Celina Eceiza suspendidos del techo con una forma que parece estar en proceso constante, con una rara fragilidad nos lleva inmediatamente a los trabajos de Carla García Rebecchi en sus búsquedas por representar la mutabilidad de las formas mediante el uso de recinas y látex caseros, de ahí podemos trasladarnos a los objetos de Leticia González y a la impactante fotografía de Julieta Paladino.
Julia Andreasevich emprende la tarea de convertir la pintura de un amanecer en una abstracción conceptual bellísima empleando lienzos de grandes dimensiones sin un marco de referencia, en una sintonía vecina encontramos los trabajos abstractos de Sabrina Federico. Por otro lado la obra de Corina Arrieta exhuma imágenes y textos de una antigua Mar del Plata en un intento de recrear un pasado añorado, mientras que Marina Di Milta se apropia también de diferentes materiales para crear un mosaico visual con collages explosivos y por su puesto el recorrido alcanza a Felipe Reynoso en un trabajo que también une dibujos y varios elementos que se despliegan por la pared. Por último Benjamín Malvicino hace un recorrido por su trabajo conformado por fotografía y objetos en distintos soportes y materiales
La Beca Mundo Dios se convirtió en un punto clave para lograr consolidar el arte contemporáneo en la ciudad de Mar del Plata logrando un ámbito formativo institucional que pudo potenciar nuevas expresiones visuales que a veces no encontraban un canal para su desarrollo. También señaló un puente de intercambio con Buenos Aires acercando a referentes del área para brindar seminarios y talleres que enriquecen las prácticas de los artistas locales. Mundo Dios sigue en movimiento y su influencia se hace sentir con nuevas iniciativas y espacios de calidad que comienzan a multiplicarse en los últimos tiempos como consecuencia directas de las experiencias derramadas por los programas, propuestas y proyectos que surgen desde la plataforma comandada por Juan José Souto, Daniel Basso y Yamandú Rodríguez. La mejor noticia es saber que la aventura continuará, así que salud por el Virgen, santo patrono de los artistas y que el futuro siga siendo rosa.
Las Manos en el Fuego Beca Mundo Dios vol. 1 & vol. 2
Centro Cultural Ricardo Rojas Av. Corrientes 2038
Registro Fotográfico: Natalia MüllerArtistas: Ariel Bassano, Benjamín Malvicino, Federico Domínguez Zacur, Rocío Englender, Celina Eceiza, Lala Ladcani, Melisa Casella, Julia Andreasevich, Corina Arrieta, Felipe Reynoso, Nahuel Agüero, Santiago Ruau, Franco Nicolás Cajal, Pedro Argel, Ignacio Mendía, Agustín Huarte, Carla García Rebecchi, Leticia González, Facundo Miranda, Julieta Paladino, Florencia Reisz, Sabrina Federico, Marcos Eugenio Montoya, Marina Di Milta