Lección de Anatomía de Nahuel Santiago

Artista: Nahuel Santiago
Lugar: Casa Yakuzi – Rivadavia 3532 – Mar del Plata
Título de la muestra: Lección de Anatomía
Fecha: Diciembre de 2018

Dentro del interesante ciclo de muestras que viene organizando Casa Yakuzi, que recordamos cuenta con el apoyo de la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes,  se presentó el proyecto  «Lección de Anatomía»  creado por  Nahuel Santiago  con la curaduría de  Daniel Besoytaorube y la participación de Estefanía Mateo  y de Andrea Germinario. La muestra tenía como particularidad proponer una experiencia íntima de participación con la obra de arte que había desarrollado el artista.

A la sala de exposiciones  se ingresaba de manera individual con el objetivo de presenciar el trabajo en  completa soledad. La espera en el ingreso a la muestra se convertía en una antesala en donde la expectativa  ganaba en intensidad a medida que pasaba el tiempo ¿En qué consistía ? ¿Qué había que hacer allí adentro?  Quienes salían de la sala luego de contemplar el trabajo reflejaban en su rostro distintas emociones desde el desconcierto hasta el asombro, era un ingrediente más para acelerar el estado de ansiedad de las personas que aguardaban en la fila por formar parte de aquella experiencia.

Cuando finalmente llegaba el turno para ingresar eramos recibidos por Estefanía Mateo quien nos explicaba que podíamos permanecer presenciando la obra el tiempo que necesitemos, no existía ninguna otra indicación. Subíamos los peldaños hasta el lugar donde estaba la sala de exposiciones y allí podíamos observar una mesa en la cual se encontraba un libro, un cuaderno de anotaciones, un lápiz, una lapicera, una lámpara con una luz dramática iluminado toda la escena y una silla donde poder sentarnos. Parecía como si ese lugar estuviese fuera del mundo. Estaba claro que sabíamos que estábamos en Casa Yakuzi, que a escasos metros se encontraba nuestra guía, que había otras personas aguardando para entrar; sin embargo la sensación de aislamiento en la cual nos encontrábamos producía una extrañeza, una lejanía como si en ese momento solo existiera para nosotros la «Lección de Anatomía».

Luego de un tiempo de incertidumbre decimos sentarnos y prestamos atención a un libro de tapa oscura que lleva por nombre «Ego» que contiene  una historia escrita por Nahuel Santiago. Contemplarlo es una verdadera gozada visual para nuestra mente. Tiene un montaje especial en el cual encontramos abundantes espaciados textuales, diversos recursos tipográficos, tachaduras, dibujos, pinturas y páginas intervenidas. A su lado se encontraba un cuaderno que  acompañaba el libro y que llevaba por nombre el sugestivo «Bitácora de mis recuerdos» el cual parecía contener una serie de anotaciones.

Luego de unos minutos en la intimidad de la sala era lícito preguntarnos ¿Y ahora que debemos hacer? Aunque el interrogante temerario por el cual apostaba el autor era otro ¿Que quieren hacer? Todo transcurría por lo indeterminado, por el azar en la  participación del  espectador, por no querer controlar el sentido de la obra. Lo más lógico podía ser tomar una lapicera y escribir algo en el cuaderno de memorias o simplemente bajar luego de finalizar la lectura. Pero también podríamos añadir un texto en el libro principal, modificar la historia, tachar palabras, arrancar una página o como el mismo Nahuel Santiago señaló de manera inquietante»destruir el libro».

Estábamos ante una obra abierta, disruptiva, rizomática, que permitía la participación del público no solamente para la construcción de la misma, sino también para alterar su sentido, para permitir múltiples respuestas y a la vez otorgarle un significado único a cada persona que la presenciaba. 

Nobleza obliga a destacar también la hermosa pieza gráfica de la muestra con el texto de Andrea Germinario basado en el libro de Nahuel Santiago, la impresión en linóleo realizada por Florencia Reisz en Taller de Grabado Subsuelo y el diseño a cargo de Facundo Miranda. 
«Lección de anatomía» es una propuesta destacada que apuesta por cuestionar, indagar y experimentar con diversos aspectos de la contemporaneidad como pueden ser el papel del público en el arte , el concepto de obra abierta, la apuesta por el azar y lo ambiguo en el resultado final y la multiplicidad de sentidos. El artista ante el desafío de transformarse en un simple instrumento que abre el juego para permitir la construcción final  de la obra para dejarnos con más preguntas que respuestas. 

Facundo Lugea y su elogio a la invisibilidad

Artista: Facundo Lugea
Lugar: Casa Yakuzi – Rivadavia 3532 – Mar del Plata
Título de la muestra: Lo débil se mantiene
Fecha: Noviembre de 2018
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Facundo Lugea presenta en la Sala Todo de Casa Yakuzi  una serie de objetos cotidianos sobre los cuales el artista ejerce determinadas acciones que terminan transformando su estado inicial ¿Cuál es el significado de esos elementos? ¿Qué tienen de valioso? «Lo débil se mantiene» es una muestra atravesada por varios interrogantes.  Lo importante, lo destacado en las obras que contemplamos se encuentra en  aquello que permanece invisible, porque los elementos que utiliza Lugea para componer son las fuerzas físicas, el tiempo y el espacio puestos en circulación para crear tensiones entre estos objetos y expresar con ellos una idea, un concepto, una búsqueda estética. Hay un relato mucho más profundo que está subsumido detrás de esas piezas exhibidas, las cuales se convierten en simples medios para transmitir una serie de interrogantes sobre lo visible y lo invisible, lo material y lo inmaterial, así como la forma en la cual nuestros sentidos perciben la existencia misma.

 

En los trabajos que vemos en la muestra hay ciertos contrapuntos, diálogos y juegos sumamente interesantes. Los objetos sufren una especie de modificación, pero no tanto en su aspecto o en su función propiamente dicha. Pasan a reconvertirse en nuevas entidades, terminan representando otros espacios, una simbiosis en la cual quedan fusionados ambos materiales. A veces son bloques de cemento que se fraguaron en cajas de cartón, en una tela o en un vaso de cristal transformando las dimensiones. También existen presiones físicas que confieren una  elegancia en las torsiones o curvas que se exponen como el caso del mango de una cuchara doblado por un precinto de plástico o la hoja de un cuchillo tensionado por una bandita elástica. Podríamos encontrar asociaciones entre la naturaleza y un elemento inmaterial como las flores que se marchitan pinchadas por clavos en un panel. Hay imágenes muy poéticas como el vaso de vidrio con los cristales agrietados, producto de la presión que fue ejerciendo el cemento en su interior. Queda la sensación de estar detenido en el tiempo, como en una pausa, o más bien  como si el estallido final fuese lentísimo y solo estuviéramos viendo un instante del mismo. De igual manera que la imagen de un tallo marchito seco de una flor sosteniendo una pesada cadena. 
El Título de la muestra  «Lo débil se mantiene» es muy sugerente y podríamos darles innumerables connotaciones desde aquellas metafísicas en donde asumimos que lo débil es un ente espiritual que siempre se mantiene a pesar de los cambios que sufre nuestro cuerpo  o incluso hasta un proceso físico-químico en donde la materia luego de transformarse todavía conserva parte de su esencia. 

En definitiva vemos que Facundo Lugea continúa expandiendo un lenguaje visual del cual pudimos apreciar algunos detalles en anteriores muestras individuales y colectivas, con un proceso en formación en el cual intenta brindar respuestas estéticas, conceptuales y poéticas  para reflexionar sobre cuestiones ontológicas, como lo trascendente, lo inmaterial, la pérdida, lo irremediable, aquello que no puede describir con palabras. Porque en definitiva, como expresa el mismo artista en unas de sus obras: la única certeza de la existencia es su invisibilidad.

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